martes, 11 de marzo de 2008

AÑO YUPANQUIANO Javier Peñoñori rinde tributo al maestro


JUEVES 31 DE ENERO DE 2008
Diario EL TRIBUNO
Tucumán ESPECTACULOS

“Después de
todo, la luz
de la música
perdura”

La mística de un compositor y su guitarra, con un estilo muy singular y cargado de sensibilidad, gusto y talento.

En el año yupanquiano , el músico y
compositor Javier Peñoñori llega a
tierras tucumanas a fin de rendir homenaje a
uno de sus maestros,
el inolvidable Atahualpa Yupanqui.
Javier Peñoñori, en diálogo con El Tribuno
habló de su producción artística, del encanto de las tierras que inspiran al folclore y de cómo
esta música se transforma en puente entre la vida de Yupanqui y el presente del guitarrista.
Ya con su séptimo CD “Corral de Estrellas” en vigencia, Peñoñori explicó que en oportunidad de sus presentaciones en la provincia interpretará temas de este último trabajo y composiciones anteriores.
Los amantes de la buena música podrán escuchar temas de su autoría y de otros compositores argentinos, en un repertorio en el que predomina el folclore, junto a algo de tango y muy poquito de clásico”, dijo.
Lo acompañan en este CD, los músicos Oscar Pittana en contrabajo
(integrante de la orquesta de tango de Beba Pugliese) y Viviana Bonzón
en Yembé y bombo legüero.
El estilo de Javier Peñoñori es calificado por la crítica como “yupanquiano”.
Sobre esto, el músico dice, al ser consultado al respecto por El Tribuno:
“Este estilo es algo que se fue formando con el tiempo y a partir de la creación,

para mí no es imitar al maestro –en referencia a Atahualpa Yupanqui-.
Escucho a Yupanqui desde antes de los cuatro años, siendo muy niño
mi padre sintonizaba la radio con folclore y en especial Atahualpa”.

El legado de un maestro

En esa etapa de su vida, es cuando el artista recibió la herencia musical
“Mejor suerte no pude tener en mi formación, porque incluso antes de leer y escribir,
me llegaba la música, tomaba una vieja mandolina a la que mi padre le había colocado
alambres como cuerdas y ensayaba notas”, contó entre sonrisas. “ Como todo niño ,
comencé imitando lo que admiraba: a Yupanqui en el folclore y en lo clásico a
Andrés Segovia”, fueron algunos de sus inconscientes mentores.

Un género que trasciende lo musical

“ El folclore es más que música, va más allá de lo musical, es toda una serie de rituales,
de costumbres de cada región. Nuestro país tiene siete regiones culturales;
la cultura del NOA no es la misma que la del Litoral o que La Pampa” dijo
sobre la importancia que adquiere una música que representa la cultura de un pueblo.
En consecuencia, Peñoñori confesó que lo une al Norte argentino el encanto
de sus paisajes, de su cultura y su música, “por ejemplo Preludio Andino”
un tema de su autoría – es uno de mis favoritos pues esta composición tiene color y ritmos con alma propia”.
El músico se presentará además de el 1° de febrero en Simoca, Casa de la cultura Angel Leiva ,
El 8 y 9 de febrero en la localidad de Raco, Casa del Folclore.

Al igual que lo hiciera hace más de 40 años, Yupanqui en sus dos giras a Japón, Peñoñori anticipó que emprenderá viaje en noviembre del presente año, a fin de cumplir con una agenda de más de 15 conciertos en más de 10 ciudades del país de Oriente, entre las que se destaca Tokio.
“En este país se mantiene viva la admiración por la Obra de Don Ata”, manifestó.
“Las zambas más bellas están en Tucumán” (Atahualpa Yupanqui)

A la hora de hablar de Tucumán, y justamente en el día de su natalicio, fluye el nombre de Don Ata.
“ El caso de Yupanqui es fantástico, él vino a esta tierra diciendo que venía por 14 días y se quedó 14 años viviendo en Raco, donde presentaré dos conciertos” , advirtió Peñoñori.


Pide la palabra

“ Hay festivales, hay encontronazos, sobre todo hay lo que detestaba Yupanqui: Son las grandes retóricas las grandes ornamentaciones, las grandes estridencias que hoy hallamos en los escenarios , en donde creo que existe un gran comercio.

Hay gente que está confundiendo al folclore”, indicó el compositor.
El mejor homenaje que se le puede hacer al maestro no es la conmemoración fría y olvidada inmediatamente.
El tributo debe ser la práctica diaria de una Cosmovisión, es una forma de vida que se practica día tras día y que debe enorgullecer a nuestra cultura” , exhortó.
En una práctica de la imaginación, Peñoñori contestó que de tener a Don Ata enfrente, le pediría dos interpretaciones: Nostalgias Tucumanas, porque alguna vez me había dicho, que “las zambas más bellas si queremos encontrarlas,
escucharlas e incluso componerlas, hay que ir a Tucumán porque son de esa tierra”.
Otro de los temas que sueña con escucharlo interpretar es Hiroshima. Al respecto aclaró : “ Por los años 1960 el maestro realizó dos giras por Japón en donde brindó más de 3 0 conciertos en 30 ciudades. En el transcurso
adoptó una canción de cuna, anónima japonesa que narra la historia de los cientos de niños que fueron bombardeados y asesinados mientras dormían, en agosto de 1945 en Hiroshima”.
Nada como las manos de Yupanqui para interpretarla.

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